sábado, 19 de marzo de 2011

Que vida más triste... al menos hoy

Resulta que llevo siendo cocinero desde hace más de catorce años... Más, mucho más... Quizá demasiado. Mucho más de lo que puedo recordar. Llevaré siendo cocinero más de la mitad de mi vida. Ya lo era antes de conocer a mi mujer y llevo con ella trece años en abril. Pues bien, soy padre desde hace seis años y siete meses, y no había pasado un día del padre con mis hijos aún. Y mira tú por donde, que hoy, que iba a ser el primero de ellos, me ha tocado quedarme en casa... y no en mi casa, no, que eso no habría estado mal. Primero, en casa de los suegros... ahí, en to´lo gordo. Una hora y media aguantando a mi suegra, a mi suegro y a Copito, un cabritejo que les han regalado (sepa dios donde lo habran trincado) que mi suegro tiene como un perro, alimentandolo y suelto por la casa... meandose, paseandolo... en fin, surrealista, de película de Almodovar. Luego mi suegro tocandome las pelotas con que si no uso perejil, soy una mierda de cocinero, ah, y que él iba a hacer un arroz "güeno de verdás", como los "güenos de verdás"... Es de esa gente que se da bomba para nada que hace por el mero hecho de oirse decirlo,porque si no, no se lo oiría a nadie... Le faltaba el increíble hombre orquesta a su lado. Luego, otro día, os cuento lo de su carta para Obama y la Zarzuela... De peli de serie Z.

¿Por donde...? ah, sí. Después de estar una eternidad en casa de mis suegros (que hay quien defiende que son una de las ocho plagas de Egipto... Sí, ocho), nos hemos ido todo arregladitos (ya sabéis, día del padre y todo eso) a casa de la abuela de mi mujer. La pobre está jorobada... Y resulta que la tia soltera de mi mujer, que vive con ellos, había sacado pechugas para comer... Todos... Así que ahí tienes a mi mujer toda despampanante, buenísima qeu está ella, cocinando con su pelo de peluquería y sus tacones, con una bata de uatiné (o como hostias se escriba) amarilla, corta líbidos, y cogiendo olor a fritangas... Pues no contentos con hacerles la comida, como no, ya puestos, pues hay que fregar... así que yo he cogido a mi hijo el grande que se aburría y me lo llevo a mi casa a que "juegue un rato a la consola hasta que terminemos de recoger" y nos pudieramos ir, al menos, a echar un café, unas risas y un cubalibre fresquito... No he dicho si los dioses quieren. 

Resulta que la tia soltera de mi mujer quería salir, pero no podía dejar sola a la abuela, la pobre está jodida, asi que "fijate, para un dia a la semana que puede salir, mira tú, quedarse ahí..." Mi mujer, que es así (ojo, y por eso la quiero, pero algunas veces... ejem, algunas veces), pues se ofrece a quedarse con la abuela para que la tia se vaya a tomar un cafe y tal, luego irnos nosotros... Pues a eso de las 19:30h llama la tia, borracha, que ya está terminando, que termina la partida de dardos que tiene a medias y sube... A eso de las 20:30h no había subido... ¿Dónde voy a esas horas con dos niños a celebrar el día del padre? ¿A dónde? Venga, decidlo, va...  A MI PUTA CASA!! A la bañera, a pasar la polla por un rallador de pan y rezar porque se cangrene, por lo menos así tendría algo interesante por lo que recordar este "maravilloso y expectacular" primer día del padre con mis hijos, en el cual no sólo no he hecho nada especial, si no qeu encima he estado chupando pollas, vulgarmente hablando... Sí, suena grosero, ¿pero a que me habéis entendido?

Hay gente a la qeu los dioses les mandan una enfermedad, una tara... a mi me han enviado a la familia de mi mujer... No a todos, pero hay de cada pieza que... En fin, voy a cambiarme las vendas de la minga... Luego y que dibujo árboles... Sí, pero con cabezas amontonadas en el tronco y gente colgando del cuello en las ramas... ¿Será grave, doctor?

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